miércoles, 26 de octubre de 2011

La vida se me escribe en idiomas que no manejo.

Anoto otro día a la lista,
 uno más, uno menos.
La relatividad del tiempo,
 se yuxtapone contra la relatividad de mis actos,
 si lo que hice estuvo bien o mal lo juzgará el olvido.
 Si soy quien soy,
y si en algun momento deje de serlo
 para mutar en quien ya no soy,
por dejar de serlo
para volver a ser quien en un principio fui,
 pero con la experiencia de quienes ya no quiero ser
es cuestión mía, de mis tiempos y de mi cabeza
que en realidad no se hasta cuando fue mia,
 hasta cuando lo será y si ya dejó de serlo en este instante.
Me resultaría insensato decir que no cambie en este momento,
creo que nuestros cambios mas importantes son esos que en la lupa, 
se siguen viendo chiquitos.
Esos que cuando te encontras con alguien
no le comentas
esos que la gente de a tu alrededor
no ven,
 esos que solamente quien te mira de frente puede percibir,
solamente los que te miran a los ojos
a veces sin siquiera abrir los suyos.
 Siempre me llamó la atención, la gente que ve
 no la que mira,
las personas que sienten lo que pasa
y no lo hacen como un ejercicio racional
es simplemente que la espontaneidad de la vida se les traduce como si esa fuera su lengua madre. Siempre los admiré,
porque la vida se me escribe en idiomas que no manejo.
Pero no soy el único,
nunca fui único,
y hasta perdí las esperanzas de serlo.
Eso no me trauma.
Ya no se cuales son mis traumas,
creo que perdí algunos entre palabras.

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