
La lluvia es el reparo de los atrevidos,
es la cortina que separa a los que arriesgan,
aunque sea la necesidad,
de los nostalgicos y amigos de la conformidad.
El agua es fuente de vida,
y la lluvia no roza a quienes no la tienen.
Pocas experiencias hay tan gratas
como el ser acribillados por el rocio,
bajo el abrazo del amor preferido.
Naufragar en tierras lejanas
sorteando lagos a saltos
codo a codo con aquellos
que uno aprecia como hermanos.
Desnudarnos la madurez,
jugar a ser niños otra vez
a clavarnos de lleno en el barro,
a patear como un penal cada charco.
Román m gervasonI
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