Elevaste tanto tu registro
que hasta en el cielo se escucho tu voz.
Yo estaba narcotizado
bajo los efectos de un sueño desgarrador.
Hice lo imposible x romper el sonido,
por llegar al fondo de las ideas,
no de los sentidos.
Hice todo lo que pude por leer tus ojos,
y cuando los entendí, te desentendiste.
Como siempre me diste vuelta los conceptos,
lo absolutamente cierto se volvió relativo.
Solamente me dejaste un chiste,
lo suficiente para dejarme riendo,
mientras, intentabas huir.
Si supieras que me fui corriendo,
si supieras que iluso, dormía en paz.
Si supieras que no esperaba ese final.
Como si no supieras, si me lees con los ojos cerrados.
Fue raro ver el atardecer a medianoche
perseguidos por lobos de asfalto
necesitados de cariño y con hambre de más.
Perdón por no dejarte hablar,
por no escucharte, o por ser tan román.
No hay comentarios:
Publicar un comentario